Presencia Plena… #mindfulness

Las últimas semanas del año que acaba de terminar, tuve la oportunidad de ver la trasmisión de dos (02) entrevistas por televisión que me llamaron la atención: la primera de ellas fue una entrevista trasmitida por Venevisión Plus a la bailarina Diana Patricia (La Macarena del Mundo) y la segunda fue una realizada al cantante Chayanne que trasmitió TVN. Ambos, aunque en contextos diferentes definieron la felicidad como pequeños momentos de satisfacción que tenemos en la vida, y aunque coincido con ellos de que no siempre la felicidad consiste en grandes logros y que podemos encontrarla también cuando disfrutamos el momento presente, hoy quiero referirme al Mindfulness o Atención Plena como un ingrediente importante de Inteligencia Emocional que podemos poner en práctica para mejorar nuestras vidas.

Entonces iniciemos defiendo el mindfulness, cómo el proceso de observar de forma activa los cambios, para situarnos en el presente, hacernos más sensibles al entorno y proporcionarnos otra perspectiva. Al decirlo de esta forma, muchas personas creen de forma equivocada que el estar atentos al cien por ciento de todo lo que hacemos es estresante y agotador, pero la verdad es que lo que resulta agotador son todos los juicios negativos que normalmente emitimos de forma automática y la tensión de creer que nos tropezaremos con problemas que no seremos capaces de resolver.

Generalmente, tenemos tendencia innata a encasillar mentalmente a los demás en función de nuestras creencias y por lo tanto calificamos a las personas con etiquetas como, por ejemplo: “él es regido”, “ella es impulsiva”, etc.,  pero cuando “etiquetamos” a los demás de esa forma, eliminamos la posibilidad de mejorar nuestra relación con ellos, y de aprovechar sus habilidades. Por lo tanto, cuando hago referencia a la Presencia Plena o Mindfulness, lo que realmente hago es una invitación a salir del piloto automático en el que solemos realizar la mayor parte de nuestras acciones, para vivir en modo consciente y así entender porque la gente se comporta como lo hace, generar espacios de aceptación de los demás y en consecuencia generar esos espacios de felicidad que tanto Chayanne como la Macarena mencionaban en sus entrevistas, pero en lapsos más prolongados, ya que la felicidad no está en el objetivo sino en el viaje diario de nuestro andar.

Aunque en la Ontología del lenguaje cuento con todos los sustentos necesario para explicar lo anterior, me valdré de una convención colectiva para simplificar mis argumentos, y es el hecho de que todos buscamos la estabilidad, por lo que es común que queramos que las cosas permanezcan como están, y de hecho pensamos que si queremos podemos controlarlas. Sin embargo, la vida cambia constantemente y por lo tanto eso no funciona.

Pensemos en los procesos de trabajo, y concentrémonos en las personas que afirman que una determinada actividad “se hace de esta forma”, y para ayudarnos nos comparten sus reglas de trabajo, pero si profundizamos en la situación encontraremos que no es verdad, ya que existen muchas formas de lograr los objetivos, y por lo tanto la forma que tu elijas debería depender del contexto del momento. Einstein, solía decir que la imaginación es más importante que la inteligencia, por lo tanto debemos entender que cuando nos comparten un grupo de reglas de trabajo como el único camino para alcanzar el éxito, lo que nos están sugiriendo es que detengamos el proceso creativo de nuestra mente para que entremos en una falta de consciencia, ya que cuando actuamos de forma consciente, usamos las reglas, los hábitos y los objetivos a modo orientativo, pero sin dejarnos gobernar por ellos.

No importa lo que hagas: comer un trozo de pizza, hacer una entrevista, manejar un dispositivo electrónico o escribir un articulo como éste… puedes hacerlo con mindfulness o sin él, pero si tienes presencia plena en el hacer, dejarás una huella en lo que haces. Si deseas profundizar más sobre nuestros enfoques contáctanos a info@alfago.net

David Eduardo Martínez Boucchechter