<strong><em>Te adaptas o te adoptan…</em></strong>

Te adaptas o te adoptan…

Los más cercanos a mi saben que practico un arte marcial japonesa conocida como “Aikido” que en términos muy superficiales podemos decir que se basa en usar la energía del atacante para vencerlo, y aunque para lograr esto hay una serie de principios involucrados, hoy quiero resaltar que una de sus premisas fundamentales es saber fluir, así que cuando me refiero a adaptarnos: no significa bajar la cabeza, ni adormecer el pensamiento crítico, ni tener una mente líquida que se acomoda a todo sin criterio y sin filtros, ya que la fuerza de la adaptabilidad se fundamenta en saber fluir.

La mayoría de las organizaciones, están orientadas hacia al desempeño de diversos roles, de manera que prevalezca el apego a un propósito superior que nutra la cooperación y reduzca las tensiones entre departamentos. Así que es común observar cómo cobran prioridad la agilidad, la eficiencia operativa, la innovación, la reducción de costos y el sentido de pertenencia. ¿En la suya también?

Y aunque soy partidario de cada uno de los impulsares anteriores, sobre todo en lo que se refiere a agilidad e innovación, también pienso que es indispensable no olvidar la relevancia de la humanización de las organizaciones.

Ahora bien ¿qué nos sugieren los grandes pensadores? «No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio» (Charles Darwin). «Inteligencia es la habilidad para adaptarse al cambio» (Stephen Hawking). «Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma» (Carl Gustav Jung). Podríamos citar otras convicciones, proponga la suya…

El riesgo de perder la paciencia cuando las cosas no suceden como quisiéramos es el mayor frente a las restricciones que impone una crisis. De hecho, ahora los viajeros frecuentes acatamos itinerarios que alargan en exceso el tiempo previsto de llegada a nuestro destino. ¿Y si no nos adaptáramos a eso?

Cuando nos encontramos ante situaciones complejas e ineludibles o frente a personas con actitudes dañinas, una voz interna (conciencia) nos recuerda que algunas batallas se libran con dignidad, pero siempre y cuando se trate de situaciones en las que realmente vale la pena participar, y nos invita a soltar las otras.

Sin embargo, en el Aikido hay un detalle que la mayoría desconoce y es que tanto en las batallas que vamos a enfrentar, como las que vamos a dimitir lo primero que hacemos es conectar con el contrario y salir de la línea de ataque. Al hacerlo, fluimos con el movimiento y trascendemos porque podemos decidir retirarnos del encuentro o dirigir la fuerza del oponente para usarla en nuestro favor.

En resumen, conviene que adoptemos la lección de Lao Tzu: «Los hombres nacen suaves y flexibles; cuando mueren son tiesos y duros. Las plantas nacen tiernas y dóciles; cuando mueren son frágiles y secas. Por eso, quien es tieso y duro es discípulo de la muerte. Quien es suave y flexible es un discípulo de la vida. Lo duro y tieso se romperá. Lo suave y flexible prevalecerá».

Si no nos adaptamos, el futuro no nos adopta ya que del pensamiento crítico germinan la capacidad de toma de decisiones y la de fluir con una visión trascendente sin necesidad de abandonar nuestros principios.

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David M. Boucchechter