¿Te atreves a ser diferente?

¿Te atreves a ser diferente?

En las empresas el concepto de estandarización suele ser muy atractivo, sin embargo, en la mayoría de las ocasiones este concepto se extrapola a las personas, y con todo respeto a mis lectores creo que en este contexto el enfoque puede ser muy peligroso, no sólo porque cada uno de nosotros somos diferentes, sino porque para alcanzar el éxito se requiere un estilo particular.

Einstein solía describir a las personas que se atreven a romper los esquemas mentales y que proponen cambios disruptivos de la siguiente manera: “…las personas que siguen los caminos que otros han trazado, solo conseguirán llegar a los sitios donde otros ya han llegado, pero las personas que caminan solas se encontrarán en lugares donde nadie ha estado antes…”.

En escenarios aparentemente estables, los disruptivos podemos generar transformaciones muy relevantes, ya que tenemos la particularidad de aspirar a realizar aquello en lo que nadie tiene fe y por lo tanto provocar cambios impensables. Es por esto que nuestras propuestas de innovación muchas veces sorprenden y estremecen a los conservadores y a los residentes de la zona de confort.

El surgimiento de servicios como Uber, Airbnb, Amazon, Spotify, Netflix, Open English y la controversial #Bitcoin se han efectuado en terrenos que al principio muchos miraron con escepticismo. Sin embargo, en la actualidad no solo marcan pautas en sus industrias, sino que también obligan a sus competidores a pensar y a reinventarse.  Es así como nacen nuevos modos de prestación de servicios, de relación en los equipos de trabajo y de culturas organizacionales.

Con frecuencia, las personas que somos genuinamente disruptivas generamos caos y confusión, pero también despertamos los deseos de superación y la urgencia de innovar en las empresas. A pesar de que en ocasiones somos percibidos como sinónimos del “desorden” dentro de un orden relativo, no obstante, lo que realmente preocupa a los sponsors del estancamiento es que la organización encuentre maneras diferentes de alcanzar los objetivos que los obligue a esforzarse.

Aunque fallen nueve de cada diez ideas, la idea en la que aciertan los innovadores puede cambiar historias, vidas y realidades. “Me gusta pensar en algo que sobrevive después que uno muere”, afirmó Steve Jobs, ya que sin ideas disruptivas la ciencia no avanzaría.

Para derribar los viejos paradigmas, alguien tiene que proponer un punto de vista diferente y la historia está llena de ejemplos de líderes que lo hacen y es precisamente por nadar contra corriente que rompen “el orden”. Las organizaciones comprometidas  con el mejoramiento de la calidad de vida de sus países, también lo están con la apertura a la innovación. Sus líderes transformadores no toman nada como definitivo, se abren paso en medio del rechazo de voces conservadoras, usadas por ellos como trampolín.

Los disruptivos provocamos desbalances temporales, y despertamos a las mentes adormecidas de quienes no reaccionan a tiempo en las organizaciones al llamado de los cambios.  Habrá creación donde quiera que haya compromiso y pensamiento crítico y flexible.

Imagine: ¿Cómo sería su organización si cada uno de sus miembros aportara por lo menos una idea disruptiva durante su paso por ella? ¿Ya aportaste la tuya?

Si deseas profundizar más sobre nuestros enfoques contáctanos a info@alfago.net

David M. Boucchechter